La flota ballenera noruega que hoy partió para reemprender la caza, capturó el año pasado 95 ballenas "bajo el pretexto de la ciencia, a pesar de que los animales acabaron siendo vendidos como plato de degustación en la ciudad de Oslo", según Greenpeace.

Los ecologistas han recordado que algunos países, como Francia, Holanda, Suiza, Reino Unido y Estados Unidos, no aprueban el programa científico del país nórdico.

Además, Noruega pretende iniciar el próximo mes de mayo, coincidiendo con la reunión que celebrará la Comisió Ballenera Internacional (CBI) en Japón, la caza comercial de otras 800 ballenas más.

Por ello, Greenpeace ha pedido a la CE que prohiba la captura de cetáceos antes de aceptar la integración de Noruega, para evitar que incumpla la moratoria que existe en la actualidad sobre la caza de ballenas.

Para Xavier Pastor, presidente de Greenpeace España, "estas ballenas son altamente migratorias, pudiendo desplazarse desde el noroeste africano hasta España y llegar al Artico en el curso de tan sólo un ao. Por tanto, es ridículo que Noruega reclame su soberanía sobre estos animales, únicamente porque habiten en sus aguas jurisdiccionales durante algunos meses".