La situación es preocupante en Caldas, donde el nivel del río Umia, en su desembocadura, no ha parado de crecer en toda la tarde y podría agravarse con la pleamar, en torno a las diez de la noche.

En esta villa pontevedresa, que sufrió graves daños por inundaciones hace siete años, el agua alcanzó ya esta tarde algunas viviendas y locales. Protección Civil mantiene efectvos en la localidad desde esta mañana, por si fuera preciso efectuar evacuaciones.

Pese a las dificultades que las inundaciones causan en diferentes puntos de la comunidad autónoma, por el momento no se han registrado incidentes de gravedad, aunque los bomberos de las principales ciudades gallegas han tenido que actuar a menudo para achicar inundaciones puntuales o retirar árboles derribados por el viento, que de nuevo ha soplado a cien kilómetros por hora, sobre todo en zonas costeras.

La flota e bajura -unas 8.000 embarcaciones- sigue amarrada casi en su totalidad, mientras en la zona de Finisterre las olas alcanzaron hoy los 6 metros.

El temporal seguirá azotando Galicia hasta mañana por la tarde, según las previsiones meteorológicas, que anuncian descenso de temperaturas y nevadas a partir de los 600 metros. Los vientos seguirán siendo fuertes.