Esta banda, que durante los años 91 y 92 sembró el pánico entre los transportistas castellano-leoneses, estaba formada por Manuel Flores Arenas, de 19 años, su hermanastro, José Luis Flore Nieto y el padre de ambos, Cristóbal Flores Valverde.

"El clan de las carreteras", nombre con el que también se conocía a la banda, actuaba por las noches aprovechando el descanso de los camioneros en puntos aislados de la carretera para, apunta de pistola, exigirles su dinero.

En varias ocasiones, el asalto terminó en asesinato, como en el del transportista francés Jourdan Thierry, asesinado en noviembre de 1991 en la localidad vallisoletana de Cabezón de Pisuerga, a manos de Manuel Flores, hehos por los que fue juzgado hoy.

En la vista, el acusado negó su participación en los hechos, asegurando no recordar nada de aquel día, sólo un tiroteo un mes después en La Rioja en el que murió su hermanastro y él fue detenido declarándose culpable ante las amenazas y malos tratos de la Guardia Civil.

El abogado defensor, Manuel Rojo, pidió la libre absolución de su defendido por vulneración de los derechos fundamentales, al no tener asistencia de letrado desde el principio de su declaración, noser una declaración espontánea debido a los malos tratos y no haberle avisado de su derecho a no declarar si no deseaba hacerlo.

Por su parte, el ministerio fiscal solictó una pena de 30 años de cárcel por robo con homicidio, con las agravantes de premeditación y alevosía.

Manuel Flores tendrá que someterse todavía a otros tres juicios por asesinatos de transportistas en Burgos, Tarragona y otro en el término municipal de la localidad vallisoletana de Pollos.