Según señala la UNAD en un comunicado, es labor y deber de los gobernantes poner a disposición de los ciudadanos todos los medios existentes que permitan frenar la extensión de los casos de VIH. En este sentido, demanda la puesta en marcha de distintas medidas para reducir el daño de los drogodependientes.

"Los programas de intercambio de jeringuillas, de metadona, las salas de venopunción higiénica o los talleres de sexo seguro son, hoy por hoy, el mejr remedio al problema, y es lamentable tener que pedir una vez más a las autoridades que aprueben algunas de estas medidas".

Asimismo, la UNAD considera que este tipo de programas de reducción del daño deben extenderse al interior de todas las prisiones del Estado, "donde se sigue produciendo un elevado volumen de uso compartido de jeringuillas".