“El sector de la motocicleta en Europa y Estados Unidos está profundamente interconectado, con fuertes vínculos industriales y económicos. Los fabricantes europeos exportan un número significativo de motocicletas a Estados Unidos, mientras que los fabricantes estadounidenses tienen una fuerte presencia en el mercado europeo”, destacó esta patronal en un comunicado.

A su juicio, la imposición de aranceles a las motocicletas corre el riesgo de “perturbar” los negocios, perjudicar a los consumidores y amenazar el empleo a ambos lados del Atlántico. Por ello, en lugar de permitir que este conflicto se agrave con medidas de represalia, la industria europea de la motocicleta pidió una “solución negociada” para el comercio transatlántico.

“Las industrias de la motocicleta de Estados Unidos y la UE quieren un comercio transatlántico justo y poder seguir suministrando productos de la más alta calidad a nuestros apasionados clientes de Europa y Estados Unidos”, zanjó ACEM.