Recordando que estamos en la Octava de Pascua, tiempo en el que la Iglesia "sigue proclamando el gozo de la Resurrección del Señor y quiere para el mundo la alegría y, con la alegría, la esperanza", invitó a los miembros sinodales a "vivir la Eucaristía" y a reanudar las tareas de las Asambleas "con verdadero espíritu de comunión".

Explicó que "la comunión de la Iglesia se funda justamente en la presencia en ella de Jesús Resucitado", y que la Iglesia "es el instrumento nuevo de Jesús Resucitado que está en medio del mundo salvando a los hombres, cuya misión consiste en recordar y vivir esa presencia".

Durante las reuniones sinodales, el cardenal se ha referido en varias ocasiones al Santo Padre, Juan Pablo II, afirmando que estos momentos de la vida de la Iglesia deben caracterizarse por "la comunión de oración" con el Santo Padre, algo que debe mover a los fieles a "orar intensamente y a manifestarlo".

Mañana, primer domingo de la Octava de la Pascua, fiesta de la Divina Misericordia, presidirá la Eucaristía en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, a las seis de la tarde, recordando la devoción que Juan Pablo II tenía por Santa Faustina Kowalska, joven mística polaca, canonizada por el Papa en mayo de 2000.