A juicio de los socialitas, el proyecto andaluz se enmarca en las políticas de drogodependencias más avanzadas de Europa. Por ello, reprochan en su informe a la Delegación del Plan Nacional sobre Drogas su actitud detractora, que "antepone criterios ideológicos a los planteamientos científicos del proyecto".

En las conclusiones, el PSOE se compromete a transformar en iniciativas parlamentarias y compromisos electorales el desarrollo de medidas y tratamientos dirigidos a ampliar la oferta de atención a las drogodependencias,especialmente las dirigidas a los sectores más marginados de la sociedad, por degradada que se encuentre su condición.

En esta línea, las conclusiones recogen la necesidad de avanzar en los aspectos psicosociales de los programas de tratamiento con metadona y ofrecer a los presos las mismas oportunidades que al resto de la sociedad.

Además, los socialistas proponen la oportunidad de experimentar nuevas formas de tratamiento que acerquen a los consumidores a la red asistencial y que a su vez favorzcan su integración.