Así se pronunció durante una rueda de prensa en la Cámara Baja, donde defendió que “la extrema derecha lleva el sello de la corrupción” y señaló que “esto puede llevar a Le Pen a su inhabilitación política y a no presentarse a las elecciones presidenciales de 2027”, después de que haya sido condenada por malversación y apartada de la carrera presidencial.

Sostuvo que “la inhabilitación de candidatos, tanto en Rumanía como en Francia, solo es un parche de unas élites europeas completamente desorientadas que se creen que sus problemas se quitan quitando a candidatos ultras”, pero advirtió de que “en el fondo están comprando el marco de las políticas ultras”.

Así, concluyó que “a la ultraderecha hay que ganarla en las urnas sea cual sea el candidato porque si tenemos que esperar a que sean unos jueces, que en muchos casos son más de Vox que Abascal, podemos esperar sentados”. Y advirtió de que “esa judicialización casi siempre se vuelve en contra de la izquierda”.