Ricardo Soto, de 32 años, reconoció haberse aprovechado de su puesto como administrativo en el instituto Xelmírez II de Santiago deCompostela para hacer un título de Bachillerato con el que pretendía convencer al padre de Patricia -entonces embarazada- de que seguía estudiando, para que no la echara de casa.

El documento falsificado fue presentado al padre de la joven junto con una solicitud para aspirar a un puesto de trabajo en la Administración autonómica, pero el presunto falsificador dijo que la solicitud fue presentada fuera de plazo, por lo que no había intención de engañar.

Sin embargo, Ricardo Soto admitió que la soicitud se presentó también para hacer ver al padre de su novia que ella estudiaba y trataba de buscar trabajo.

El acusado exculpó a su novia, mientras que ella aseguró durante la vista que no tenía interés por trabajar en la Administración autonómica, dado que su padre podría darle ocupación en alguno de los negocios que tiene.