Otra alumna del mismo centro requirió también atención médica por los arañazos que le causaron sus compañeros en el rostro al pintarle la cara con betún.

Los padres del intoxicado presentaron denuncia en la comisaría por estos hechos, mientras que los familiares de la joven rehusaron hacerlo, pese a que la estudiante probablemente tenga que someterse a una pequeña intervención quirúrica, porque las heridas se le han infectado por el betún.

El jefe de estudios del centro, Antonio Martín Lillo, eludió las posibles responsabilidades de la dirección, al considerar que "es difícil controlar a 4.000 alumnos en este tipo de temas y más cuando las novatadas las hacen fuera del centro".

Según Martín Lillo, por lo general los veteranos se limitan a pintar la cara a los novatos "sin mala intención" y los golpes "vienen cuando alguien se resiste".

El jefe de estudios del centro aputó que estos problemas podrían evitarse con una mayor presencia policial a la entrada de los centros.