Los niños ya vivían con sus padres desde el pasado verano a modo de prueba, después de que la jueza permitiera que dejaran la masía de Arenys de Munt (Barcelona), donde se encontraban desde que fue desarticulada la secta hace un año.

La decisión de que sigan con sus progenitores se debe al "favorable proceso de escolarzación y la fuerte unión afectiva que existe entre padres e hijos".

Este centro, que depende del Departamento de Bienestar Social, se hizo cargo de los menores cuando les fue retirada la custodia a sus tutores.

Por otra parte, la titular del Juzgado de Familia número 19 también ha dispuesto que a partir de ahora Bienestar Social lleve un control estricto del comportamiento de los niños mientras estén en las casas de sus padres. Según la sentencia, los menores "no podrán vivir en comunidad, sino e unidades familiares".

Entre los motivos por los que la jueza retiró a los miembros de los Niños de Dios la tutela de sus hijos se incluía "manipulación mental, anulación de la capacidad crítica de los menores y privación de una educación integral", según los informes psiquiátricos.

Los adeptos de la secta Niños de Dios fueron acusados de introducir a los menores en prácticas sexuales de adultos y de inducirlos a la prostitución. Los Mossos d'Esquadra detuvieron a diez adultos en julio de 1990, ausados de corrupción de menores.