La víctima se encontraba en la calle Pío Felipe cuando fue abordada por un desconocido que le preguntó por una calle, ya que, según dijo, tenía que cobrar unos décimos de lotería premiados con 50.000 pesetas. En ese momento se acercó otro individuo, que, tras examinar los billetes, airmó que el premio era en realidad de 25 millones de pesetas.

El portador de los billetes, el "tonto", ofreció dos décimos de regalo a cambio de dinero, que el "listo" cifró en millón y medio. Ante ello, la víctima fue a su casa para coger la cartilla y posteriormente retiró medio millón.

Según la policía, los tres subieron al coche del "listo" y se dirigieron a la calle Payaso Fofó, donde éste dijo al timado que había entregado su dinero y que esperara unos minutos. En prueba de confianza dejó ala víctima un paquete en el que supuestamente se encontraban los décimos premiados. Transcurrido un tiempo, el timado, al ver que no regresaban, abrió el envoltorio y comprobó que tenía recortes de periódicos.