El plan, que en Gran Bretaña se conocía con el apodo de "Blair Force One", a imagen y semejanza del "Air Force One" en el que vuela el presidente estadounidense, será sustituido por la compra de un pequeño avión.

El proyecto original, presentado en 2006 por Tony Blair, tenía un coste estimado de 100 millones de libras esterlinas (130 millones de euros).

La decisión de cancelar este proyecto fue comunicada por el Ministerio de Transportes británico en un escrito remitido a la Cámara de los Comunes. Esa comunicación argumenta que se han producido "sustanciales incrementos en el coste de comprar y operar" aviones comerciales desde que la idea del "Blair Force One" fue planteada.

El ministro de Transportes, Jim Fitzpatrick, añadió que el nuevo enfoque "garantiza un mejor trato al dinero aportado por el contribuyente, al mismo tiempo que minimiza el impacto medioambiental de los viajes reales y gubernamentales, con un ahorro estimado del 10% en las emisiones de CO2".