Kremers, que compareció ante la comisión de la Asamblea de Madrid que investiga el presunto fraude de las gasolineras, explicó que los surtidores de nueva generación incorporan un mcanismo que paraliza el calcular cuando se intenta manipular el emisor de impulsos. Para desbloquearlo, es necesaria la presencia del fabricante.

El directivo de Cetil afirmó que estas manipulaciones se pueden realizar sin la colaboración del fabricante y destacó que "en esos aparatos no sólo meten mano personas autorizadas".

Alertó sobre la intervención de personas ajenas en los surtidores, ya que se puede verse afectada la seguridad del aparato e informó que su empresa está colaborando con la Fscalía y la Consejería de Economía y Empleo para aclarar el supuesto fraude.

Por otro lado, negó la insinuación de que los fabricantes de surtidores vendían aparatos con y sin "bichito", y dejó claro que Cetil "jamás ha vendido ningún aparato en esa condiciones".

Explicó que esas afirmaciones han dañado la imagen de su empresa y que para aclarar esa situación de desprestigio ha visitado las distintas comunidades para hablar con los responsables de Industria de estas regiones.

En su opinión, ste sector está "desordenado y es necesario que esté más controlado". También se refirió a la orden de la Consejería de Economía sobre inspecciones y dijo que son necesarsios ciertos cambios en el sentido de que se fomente el autocontrol por parte de las partes implicadas

Con respecto al grupo Villanueva, al que pertenecen todas las gasolineras intervenidas por presunto fraude, aclaró que Cetil no tiene contrato de mantenimiento de estas gasolineras y que esas tareas las hacían ellos mismos.

Ceti es el primer fabricante de estos aparatos en España y, según Kremers, que instalado ya unos 13.000.