Royal tomó esta iniciativa, según informa la web de SOS Bizutage (SOS Novatada), para acabar con una impunidad que estaba profundamente arraigada incluso en escuelas superiores de mucho prestigio y que había sido vista con indiferencia durante años por el gobierno y la sociedad francesa.

El tipo introducido en el Código Penal contra las novatadas establece lo siguiente: "Obligar a una persona, en contra de su voluntad o no, a sufrir o cometer actos humillantes o degradantes durante manifestaciones o reuniones vinculadas al medio escolar y socioeducativo está castigado con penas de seis meses de prisión y 50.000 francos (equivalentes ahora a 7.600 euros) de multa".

Para ratificar esta contudente medida legal, el Ministerio de Educación francés cursó en 1999 una circular dirigida a los responsables de las universidades, escuelas superiores y otros centros educativos, en el que avisa de que las novatadas humillantes deben ser prohibidas, al margen de que sean consentidas realmente o en apariencia por la víctima.

Asimismo, la circular recuerda que se considerará especialmente grave la novatada cuando en la víctima concurran especiales circunstancias de edad, enfermedad o discapacidad. En ese caso, la pena puede ser hasta de un año de cárcel y la multa del doble del importe ordinario.