Buesa reflexionó de este modo en la Cope tras el último comunicado de ETA, en el que alerta de que el proceso de paz vive un momento de crisis por la presión del Estado sobre Euskal Herria.

"ETA no se siente satisfecha de cómo van las cosas en su proceso de negociación con el Gobierno", concluyó Buesa, para quien resulta "evidente" que entre ambas partes ha existido "un proceso de negociación, no de conversaciones".

Mikel Buesa cree que el Ejecutivo permitió que ETA se creara determinadas expectativas, pero ahora "las cosas no van por el camino que han previsto los terroristas y, efectivamente, amenazan con romper todo ese proceso".

Todo obedece, desde su punto de vista, a que el Gobierno pensó "que podía generar ese tipo de expectativas porque la sociedad iba a responder entusiásticamente con grandes desoes de paz e iba a aceptar cualquier tipo de concesiones políticas y penales que se hicieran a ETA, siempre que la violencia terrorista terminara", pero luego se ha dado cuenta de que no es así.