Gordillo imputa a los dos detenidos un delito de estragos terroristas y dos delitos de asesinato -por las dos víctimas que provocó el atentado de Barajas-, según informaron fuentes de la Fiscalía.

Sarasola y Portu, que estuvieron ante el juez Pedraz cerca de 20 minutos cada uno, se negaron a contestar a las 48 preguntas formuladas y rechazaron practicar las pruebas propuestas por el fiscal.

Sarasola se negó a identificarse como la persona que, con muleta, peluca y mascarilla sobre el rostro, abandonó la furgoneta cargada de explosivos en el aparcamiento del aeropuerto de Barajas, después de que se le mostrarán varios fotogramas del vídeo que recogió los movimientos del individuo por la T-4. En sus declaraciones ante la Guardia Civil, el detenido había reconocido ser la persona que aparece en la cinta.

Por su parte, Portu se negó a realizar una prueba caligráfica que pretendía establecer si era suya la anotación recogida en un papel que le fue incautado, en el que aparecía el número de teléfono de los Bomberos de Madrid, que recibieron la llamada que alertó de la colocación de una bomba en la T-4.

El presunto etarra también rechazó efectuar la prueba de voz que quería determinar si fue él el autor de la llamada de revindicación del atentado que se realizó a los Bomberos de Madrid.

A su llegada al juzgado de Pedraz, Portu solicitó ser asistido por un traductor de euskera, lo que resultó totalmente inútil, ya que el presunto etarra no contestó a ninguna pregunta y se mantuvo todo el rato en silencio.

Ninguno de los dos detenidos denunció durante su comparecencia ante Pedraz haber sido víctima de maltrato por parte de la Guardia Civil.

Portu y Sarasola fueron detenidos por la Guardia Civil el pasado 6 de enero en Mondragón (Guipúzcoa). Las investigaciones de la Guardia Civil han revelado que ambos terroristas formaban parte de un comando especial, "Elurra", de ETA, junto con los huidos Joseba Iturbide y Mikel San Sebastián.