En su opinión, en la actualidad "estamos inmersos en una situación" en que el jefe del primer partido de la oposición "está cayendo en descalificaciones personales dudosamente acertadas y aceptables".

Fernández Díaz aprecia dos fases en la labor de oposición realizada por el PSO: "En la etapa inmediatamente posterior a las elecciones, los socialistas aceptan con gran respeto que el mandato de los electores ha sido el de que gobierne el PP de acuerdo con los nacionalistas y mantiene un respetuoso distanciamiento durante la negociación entre populares y nacionalistas".

Esta primera época se caracteriza, a su juicio, por "un gran sentido de la responsabilidad y un mantenimiento de las formas que son consustanciales y trascendentes de mantener en el juego democrático".

La sgunda parte de la acción de oposición socialista comenzó, a su juicio, a la vuelta del verano con la elección del ámbito autonómico como el "frente de confrontación y erosión" del Gobierno, y como consecuencia de ello el PSOE se niega a firmar el pacto autonómico.

Fernández Díaz aprecia que entre una y otra etapa se producen decisiones "en otros ámbitos institucionales" (exculpación de González en el 'caso GAL' por el Tribunal Supremo) que no precisó y de las que no quiso deducir que existiera "una reación de causa-efecto", aunque constató su existencia.