(ESTA NOTICIA AMPLIA Y SUSTITUYE LA NUMERO 38 DE HOY)

MADRID
SERVIMEDIA

Pilar Miró declaró hoy, en la primera sesión del juicio que se celebra contra ella en la Audiencia de Madrid por un presunto delito de malversación de fondos públicos, por adquirir vestuario a cargo e RTVE durante los años que ocupó la dirección general del ente público, que las acusaciones populares del caso actúan de forma "mezquina y demencial".

La cineasta se enfrenta a una petición de 3 meses de suspensión de cargo público por parte del ministerio fiscal, mientras que la acción popular, representada por el sindicato Unión de Técnicos y Cuadros de RTVE y el abogado José Molina Samos, exigen una condena de 14 años, 8 meses y un día, al incluir en la lista otras compras y gastos injustificados. Miró, que se negó a contestar a las preguntas del abogado de la acusación, acusó al sindicato, "que no es representativo de los trabajadores de RTVE", de actuar de forma "mezquina y demencial".

"Es mucho más que una maniobra, es una ofensa y una venganza personal", manifestó sin querer especificar los motivos de esta represalia, "que ya se conocerán". Más adelante, respondiendo a las preguntas del tribunal, insinuó que el detonante pudo ser el despido de la jefa de secretaría, María de los Angele López Llorente, 4 meses después de acceder al cargo, en 1986.

Miró comentó que la secretaria mostró su disconformidad ante el despido y llegó a decirme "algo así como 'ya nos encontraremos'".

La ex directora general de RTVE afirmó que nunca hizo uso personal ni del vestuario ni de los objetos adquiridos con el presupuesto del ente público y que, aunque nunca controló el procedimiento de gestión administrativa, el gasto fue "racional, no me pareció extralimitado y fue menor que en los 4 años anteiores a mi mandato".

Explicó ante la sala que fue la jefa de la secretaría quien le dijo que disponía de una partida presupuestaria para cubrir todo tipo de gastos relacionados con el desempeño de su cargo, incluidos los de vestuario.

La secretaria, de la que prescindió "porque no era dada a guardar documentos ni archivos", le comentó que hablase con los encargados de las tiendas para que le pasaran a ella las facturas, ya que "era lo habitual, porque trataba de hacer lo mismo con todos los direcores generales para mayor comodidad de su gestión".

La procesada dijo haberse sentido "extrañada" de este procedimiento "sin límites y sin objetivo concreto", por lo que decidió consultarlo con el director económico financiero del ente, Angel Turrión, persona en la que confiaba plenamente porque ya había trabajado con ella durante el período que pasó al frente del Instituto de Cinematografía.

Este le ratificó que tenía partida presupuestaria para ello, siempre que fuera para uso institucional y tviera "intención de reintegrarlo" a la empresa.

Relató que no volvió a hablar más del tema hasta unos meses más tarde, cuando la intervertora delegada, Angustias Marugán, pidió entrevistarse con ella al hacer la auditoría de 1986, comentándola que había disfrutado de unos gastos personales "que no tenían precedentes en televisión".

Según Pilar Miró, la interventora llegó a proponer que retirara las facturas para que no figuraran en la auditoría, o bien que solicitara un aumento de sueldo para cubir esos gastos porque podía ser "un tema de mala imagen".

Sin embargo, se negó porque existían precedentes de gastos justificados tan sólo por certificados de anteriores directores generales "en los que no se determinaba en que consistía el motivo del gasto y, en algunos casos, de forma irregular".

Asimismo, relató que usó la ropa, valorada en 3.904.443 pesetas, sólo para acudir a los actos de representación de su cargo y especificó que aunque no reintegró el vestuario al almacén de RTVE, lo guaraba en un armario que tenía en su despacho, donde ella acudía vestida informalmente, y sólo se cambiaba si tenía que salir o recibir visitas institucionales.

La cineasta reintegró el importe total de sus compras, una vez que fue destapada la irregularidad, excepto dos facturas de compras efectuadas en Loewe y de prendas de la marca Burberry's, "porque no fueron gastos que realizara personalmente", ya que la primera correspondía a 10 jerseys "para atenciones a un comité de dirección" y el resto para eluniforme de los directivos que acudieron a los Juegos Olímpicos de Seúl en 1988.

Las acusaciones particulares señalan no obstante que la malversación de Pilar Miró ascendió a 11.425.264 pesetas, ya que, además de la compra de vestuario, realizó diversos regalos bajo el concepto de "gastos protocolarios", "relaciones externas" y "atención de personalidades", que normalmente son gestionados por el departamento de Relaciones Públicas.

Entre los objetos figuran marcos de plata, lotería, utensilios depapelería de la marca Loewe, pendientes, dos canarios y sus respectivas jaulas, un perro cocker, flores y gastos sin justificar de viajes a Nueva York, Berlín, Cannes y Buenos Aires, así como gratificaciones superiores a los 6 millones de pesetas a diversos directivos del ente público y sociedades adscritas.

Pilar Miró en ningún momento quiso aclarar a quién iban destinados esos objetos, limitándose a contestar que fueron "regalos y gastos institucionales".

Las acusaciones añaden que la directoracontribuyó a modificar el contrato de RTVE con una empresa que iba a producir un serial sobre narraciones de Gabriel García Márquez por 496 millones de pesetas, con la condición de que fuera ella la directora, gestión que originó gastos adicionales al ente.

También la acusan de ceder a TVE los derechos de "Werther", film dirigido por ella misma, y que posteriormente varias personas de Pilar Miró Producciones Cinematográficas fueron nombradas directivos del ente.

El juicio continuará en los próxims días con la declaración de los cerca de 41 testigos citados, entre los que figuran directivos del área económica y de programación de RTVE, incluido el actual director general, Jordi García Candau, miembros del consejo de administración y presentadores y locutores de TVE y Radio Nacional.

(SERVIMEDIA)
15 Jun 1992
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