DOÑANA SIGUE AFECTADA POR EL VERTIDO DE AZNALCOLLAR, TRES AÑOS DESPUES DEL DESASTRE ECOLOGICO
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La flora y fauna de Doñana continúan notando los graves efectos del vertido tóxico de Aznalcóllar, tres años después de la rotura de la balsa de Boliden-Apirsa, el mayor desastre ambiental de la historia de Epaña, según informó hoy Ecologistas en Acción. La organización conservacionista denuncia además que el proceso judicial está paralizado.
Según los ecologistas, la empresa propietaria de la mina, Boliden, sigue sin asumir su responsabilidad y sin resolver los graves problemas que originó el vertido en el parque nacional y en su entorno.
Ecologistas en Acción considera "inaceptable" que los 40.000 millones de pesetas que han costado las labores de recogida de lodos y la restauración ecológica de lazona estén siendo pagados por las administraciones, en lugar de por la empresa responsable.
El pasado mes de diciembre, la juez de Sanlúcar la Mayor encargada del caso anunció el archivo de la instrucción. Ante ello, los ecologistas han presentado un recurso de apelación ante la Audiencia Provincial de Sevilla y esperan que se reabra el caso, "con la exigencia de responsabilidades penales a los directivos de Boliden y a los altos cargos de la Junta de Andalucía y del Gobierno central responsables de ete desastre ecológico".
Según el grupo ecologista, las consecuencias ambientales de este vertido son todavía evidentes en toda la comarca de Doñana y 2.600 hectáreas han sido retiradas para el cultivo debido a su alta toxicidad. Las comunidades de invertebrados y peces del río Guadiamar llegaron a desaparecer por completo.
DAÑOS EN LA FAUNA
Las aves acuáticas del Parque Nacional y del Parque Natural de Doñana han resultado gravemente afectadas, al haberse alcanzado las máximas concentraciones cnocidas de metales pesados a nivel mundial, lo que ha provocado en algunas aves, como la cigüeña blanca, daños genéticos y malformaciones.
El 25 de abril de 1998 la rotura de la balsa de Boliden provocó el vertido de unos 5 millones de metros cúbicos de aguas ácidas y lodos tóxicos con alta concentración de metales pesados, que afectaron a 80 kilómetros de cauces de los ríos Agrio, Guadiamar y Brazo de la Torre.
Los vertidos alcanzaron incluso el estuario del Guadalquivir y llegaron hasta el mar,afectando a varias especies de moluscos y crustáceos, como langostinos, chocos, camarones, bocas, coquinas y galeras, que todavía registran altas concentraciones de cobre, cadmio, zinc, plomo y arsénico.
La organización ecologista calcula que el vertido afectó a 10 municipios y a 5.000 puestos de trabajo. Además, más de 4.000 hectáreas quedaron envenenadas y los agricultores perdieron 1.800 millones de pesetas. Durante los trabajos de limpieza de la zona afectada se recogieron 30 toneladas de animalesmuertos.
(SERVIMEDIA)
24 Abr 2001
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