Investigación

La dieta alta en grasas favorece la metástasis del cáncer de mama en modelos animales, según el CNIO

MADRID
SERVIMEDIA

Científicos del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) han descubierto que, en ratones que comen mucha grasa, las células tumorales se rodean de plaquetas cuando viajan por la sangre, como si tuvieran una coraza que las protege mientras se diseminan, lo que favorece la metástasis del cáncer de mama.

Según informó este miércoles el centro de investigación, la obesidad se asocia a un mayor riesgo de desarrollar cáncer de mama, y a más propensión a que el cáncer se disemine a otros órganos y haga metástasis, aunque las causas de esta asociación todavía no se entienden bien.

Ahora, investigadores del CNIO aportan nuevos datos, al descubrir que una dieta rica en grasas activa mecanismos que facilitan la metástasis. Se trata de un estudio dirigido por el jefe del Grupo de Microambiente y Metástasis del CNIO, Héctor Peinado, realizado en modelos animales de cáncer de mama triple negativo que desarrollan metástasis en el pulmón y que acaba de publicarse en la revista ‘Nature Communications’.

Para que el cáncer se disemine a otros órganos hace falta que muchas células tumorales salgan del tumor primario, viajen por el torrente sanguíneo, aniden y proliferen en otro órgano.

A veces el tumor primario envía previamente moléculas que modifican el órgano de destino, y preparan el equivalente a un nido que acoge las células tumorales: el llamado ‘nicho premetastásico’, en el que la célula tumoral podrá arraigar y desarrollar metástasis.

UNA CORAZA DE PLAQUETAS

El grupo del CNIO muestra en su nuevo trabajo que, en ratones obesos por comer muchas grasas, se producen cambios que facilitan la creación del nicho premetastásico, en este caso en los pulmones. En concreto, aumentan la activación plaquetaria y la capacidad de coagulación de la sangre; además, se activa la fibronectina, la proteína que conecta las células del tejido pulmonar.

Es un hecho ya establecido que la obesidad fomenta la coagulación sanguínea, un proceso que depende de las células de la sangre llamadas plaquetas. En efecto, según observó la investigadora del CNIO y primera autora del trabajo Marta Hergueta, en los animales alimentados con muchas grasas las células que se desprenden del tumor primario están rodeadas, durante su viaje por la sangre, por más plaquetas que en los ratones con dieta normal.

Una hipótesis es que las plaquetas podrían estar dificultando a las defensas del organismo la detección de las células de cáncer: las plaquetas formarían “una coraza alrededor de las células tumorales, evitando que el sistema inmunitario las reconozca y elimine”, explicó Peinado.

Aunque el trabajo se centró en cáncer de mama triple negativo, Peinado consideró que “este mecanismo podría ser extrapolado a otros tipos tumorales y otros órganos”.

CÁNCER DE MAMA

Estos hallazgos “podrían ayudar a identificar factores adicionales de riesgo en pacientes de cáncer de mama en tratamiento, contribuyendo a un mejor manejo clínico de la enfermedad”, señaló Peinado.

El trabajo, realizado en colaboración con otras unidades del CNIO y con otros centros de España y Canadá, ha explorado vías iniciales de aplicación clínica de los resultados.

Una de ellas fue modificar la dieta en los modelos animales. Cuando retiraron la alimentación alta en grasas y los ratones bajaron de peso, el comportamiento de las plaquetas y la coagulación volvieron a sus niveles normales. Como consecuencia, se redujeron las metástasis.

“Creo que estos resultados, unidos a estudios clínicos de otros grupos, presentan un futuro en el que la intervención dietética o los cambios en la dieta, junto con el control de la actividad plaquetaria, pueden aumentar la eficiencia de ciertos tratamientos antitumorales”, subrayó Peinado.

(SERVIMEDIA)
02 Abr 2025
ABG/man