El número de tarjetas falsificadas ronda las doscientas y l perjuicio ocasionado supera los cien millones de pesetas, según aseguró hoy la Jefatura Superior de Policía.

Las investigaciones comenzaron hace dos meses, cuando la policía supo que en un céntrico restaurante de Madrid estaban "copiando" gran cantidad de tarjetas de crédito.

Las pesquisas se centraron en uno de los camareros, Cezar C.S., de 26 años, al que le sometieron a una estrecha vigilancia. Los agentes comprobaron que, tras su jornada laboral, se dirigía siempre a un domicilio de la call Chinchilla, en Madrid.

En este apartamento residía el matrimonio formado por Silvio D., de 34 años, y Elena Daniela D., de 31. Además, los agentes constataron que al inmueble acudían casi a diario Carmen D., de 30 años y hermana de Silvio, y su novio Marian V., de 27 años.

Las seis detenciones se han realizado en este fin de semana. La primera fue la de Cezar, cuando se disponía a entrar en el restaurante donde trabaja. Entre sus ropas, escondía una lectora-grabadora de tarjetas.

La detencin de sus cuatro compatriotas se realizó en las inmediaciones del domicilio y "centro de operaciones", y la del joyero, a la puerta de su establecimiento.

Tras el arresto, los agentes encargados de la investigación solicitaron un mandamiento de entrada y registro para el domicilio de la calle Chinchilla.

Allí intervinieron un ordenador con la lectora-grabadora de tarjetas y el programa utilizado para el volcado de datos, trece tarjetas con las bandas magnéticas modificadas, falsos documentos de idntidad italianos, dinero en efectivo y multitud de objetos de gran valor en el mercado, como abrigos de visón, prendas de vestir de marca, relojes, etc.

PAPELES DE CADA MIEMBRO DE LA BANDA

Cada uno de los integrantes de la banda cumplía una función determinada. Cezar S. aprovechaba su condición de camarero del restaurante "Stanciu" para "copiar" las tarjetas de los clientes. Para ello, escondía entre sus vestimentas un lector portátil de tarjetas de credito.

Silvio y Elena Daniela D. "volcaban"a un ordenador portátil la información contenida en el lector de tarjetas que el restaurante aportaba en cada visita.

Carmen D. y Marian V. utilizaban fraudulentamente las tarjetas en diversos comercios, empleando diversas identidades y acompañadas siempre de documentación falsificada.

El último detenido, Gregorio C.M., es el dueño de una céntrica joyería de Madrid, donde se realizaban multitud de operaciones con las tarjetas manipuladas.