Así, el PP asegura que fortalecerá el control de fronteras mediante nuevos efectivos "altamente especializados", dotados de todo los medios necesarios y que trabajen en coordinación con los demás países europeos.

Por su parte, el PSOE señala que establecerá nuevos dispositivos para custodiar y controlar mejor las fronteras españolas, incorporando modernas técnicas de inspección y control de los puestos fronterizos.

Además, tanto el PP como el PSOE prometen expulsiones y repatriaciones más ágiles, y ambos coinciden en que estos procedimientos serán más rápidos si el inmigrante delinque o mantiene conductas antisociales.

En cuanto a la integración, el PP destaca la creación de una contrato de integración para aquellos inmigrantes que deseen establecerse en España.

Por este contrato, el inmigrante se comprometerá a cumplir las leyes y a respetar los principios, valores y costumbres de los españoles, a aprender la lengua, a pagar sus impuestos y cotizaciones, a trabajar activamente para integrarse, y a retornar a su país si durante un tiempo carece de empleo y de medios.

Frente a esta propuesta, el PSOE aboga por una integración basada en la igualdad plena de derechos y deberes para todos los inmigrantes que residen regularmente en España y con igualdad de acceso a servicios públicos.

Tanto populares como socialistas recogen en sus programas medidas para favorecer la integración como el refuerzo de los servicios públicos de sanidad y educación.

Ambos partidos también recogen la creación de una agencia relacionada con la inmigración. El PP la ha denominado Agencia de Inmigración y Empleo, como órgano de gestión de los flujos migratorios, y el PSOE Agencia Estatal de Migraciones, "concebida como instrumento de gestión ágil de los procesos administrativos" en este ámbito.

Una propuesta en inmigración que incorpora expresamente el PP, y no el PSOE, es la prohibición de regularizaciones "masivas" por ley. De hecho, esta promesa es la primera que figura en el programa del PP.