Según informó la Audiencia este martes, la sentencia describe cómo el sujeto llevaba a cabo las agresiones. Primero, se beneficiaba de su condición como guía, fomentaba el consumo de alcohol de las víctimas y las llevaba a lugares conocidos por él para luego, una vez ganada su confianza, proponerles tener relaciones sexuales.

La Sala de Apelación de la Audiencia Nacional condenó al acusado a seis años de cárcel por agresión sexual y a dos penas de año y medio cada una por las agresiones llevadas a cabo en Portugal. Aunque la Sala decidió rebajar medio año una de las dos últimas penas tras considerar que la víctima no estaba personada en la causa.

Para condenar la agresión que tuvo lugar en 2013, los magistrados tuvieron en cuenta pruebas, como las declaraciones de las víctimas, entre las que también se encontraban otras pruebas periféricas.

Entre estas destaca la declaración de los policías nacionales que explicaron las investigaciones que realizaron tras la denuncia interpuesta en el Consulado General en Miami y la difusión en redes sociales de diferentes mujeres.

La Audiencia analizó de forma separada los argumentos de la defensa del agresor y desestimaron aquellos relacionados con la tardanza en denunciar los hechos porque no todas las mujeres reaccionan de la misma forma ante un ataque a su libertad sexual.

En cuanto a los hechos ocurridos en 2017, la Sala afirmó que las declaraciones de las víctimas son veraces y creíbles, además de que reúnen los criterios necesarios para desvirtuar la presunción de inocencia.