Los magistrados de la Sección Primera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, presididos por la jueza Manuela Fernández Prado, han llegado a la conclusión de que "no consta que Sarasa formara parte de los Grapo en noviembre de 2000", tal y como sostenía el fiscal Barroso.

En la sentencia hecha pública hoy se indica que la única prueba practicada en la vista oral, en la que no declaró ningún testigos, fue una pericial sobre nueve huellas pertenecientes a Sarasa encontradas en unos documentos intervenidos a la cúpula de los Grapo tras su desarticulación en París en noviembre de 2000.

La sentencia destaca que las nueve huellas de Sarasa aparecen en los documentos de los Grapo "entre un total de 717 huellas anónimas", y añade que "no hay información precisa sobre su origen y el modo en que fueron halladas".

"Los peritos fueron preguntados por la defensa al respecto, y dijeron que desconocían la procedencia de las huellas que analizaron", señalan los magistrados.

Para el tribunal, lo único que permite esta prueba es afirmar que las manos de Sarasa estuvieron en contacto "con la superficie en la que aparecieron impresas" pero no es suficiente "para sustentar la hipótesis de que Sarasa estaba integrado en los Grapo". La sentencia ha contado con el voto particular del magistrado Nicolás Poveda.