Educación

El acoso escolar hace perder a las víctimas hasta medio curso en rendimiento académico

MADRID
SERVIMEDIA

El acoso tiene un impacto negativo que equivaldría a la pérdida de entre tres y cinco meses de educación formal para los estudiantes victimizados en comparación con sus compañeros. Esto representa entre un 30% y un 50% menos de educación en el año escolar de 10 meses.

Así lo indica el artículo 'El impacto del acoso escolar en el rendimiento académico en España' publicado este jueves por la Fundación Alternativas, que analiza el efecto causal entre el acoso escolar y el rendimiento académico en España a partir de la base de datos del informe PISA 2018 realizada por la OCDE a estudiantes de 15 años (4º ESO) para evaluar sus competencias en Matemáticas, Ciencias y Lectura.

Así, sostiene el estudio, el acoso escolar se erige como “un obstáculo más en el proceso de enseñanza-aprendizaje, que puede generar un rendimiento académico más pobre y conducir, a corto plazo, al incremento en las tasas de ausentismo escolar, fracaso escolar o abandono escolar prematuro. A largo plazo, la literatura demuestra potenciales pérdidas de oportunidades educativas y laborales”.

Por ello, indican los autores, “se considera imprescindible no ignorar ni subestimar el problema, así como dedicar mayores esfuerzos a diseñar políticas que permitan la detección precoz de este fenómeno y que mitiguen de forma eficaz sus efectos”.

Según índice de ‘bullying’ construido a partir de las preguntas de PISA, el 16,8% de los estudiantes en España ha sido víctima de violencia al menos varias veces al mes o más durante los 12 meses previos a la prueba PISA. De este 16,8%, el 50,88% son chicos y el 49,12% chicas, “lo cual no coincidiría con la idea establecida de que existe la tendencia a ser el ‘bullying’ algo más generalizado entre los chicos”, puede leerse en el artículo.

Sin embargo, al analizar por tipo de acción negativa, además de identificar que las formas más comunes de violencia intraescolar son las burlas y los rumores, es posible ver diferencias relevantes en el género, siendo el ‘bullying’ físico prioritariamente masculino y los rumores más comunes entre las chicas. Asimismo, no parece haber diferencias en la prevalencia por tipo de centro escolar.

AUTONOMÍAS

En cuanto a la comunidad autónoma en la que vive y estudia el alumno, se observa una leve diferencia en relación con la presencia del acoso escolar. Asturias, Castilla y León, Andalucía y Canarias son los territorios con un mayor número de alumnos que han sufrido violencia escolar en los últimos 12 meses. Por su parte, las regiones con menor prevalencia son Galicia, Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha, Melilla y Ceuta.

Las diferencias entre los grupos de alumnos víctimas de ‘bullying’ y los identificados como sus controles varían según la asignatura considerada y el algoritmo de emparejamiento escogido, “pero el impacto del acoso escolar es siempre negativo y superior a 11 puntos, según el PSM (sin tener en cuenta del resultado obtenido por Radius matching)”.

Por ejemplo, en Matemáticas, un alumno acosado rinde entre 15 y 19 puntos menos que un alumno no acosado; en Ciencias, la diferencia es de entre 11,2 y 15,05 puntos negativos; y en Lectura, de entre 14,8 y 18,42 puntos.

Si se considera que, en promedio, una diferencia de 40 puntos PISA entre estudiantes educados en el mismo contexto representaría 10 meses de educación formal en España (un curso escolar), los valores anteriores representarían tres meses (30%) menos de educación formal en Ciencias y hasta cuatro meses (40%) menos de educación formal en Matemáticas y Lectura, según la media de los algoritmos de emparejamiento.

Estos datos parten del análisis de una muestra de casi 36.000 alumnos que estudiaban en centros de toda España en 2018. Para identificar el efecto del acoso escolar sobre el rendimiento académico se aplicó la metodología ‘Propensity score matching’, que se implanta en dos fases: primero se estima la probabilidad de ser acosado en base a diferentes variables personales y de contexto y en una segunda fase se aplican diferentes algoritmos de emparejamiento con el objetivo de observar las diferencias en las variables de resultado (puntuación en Matemáticas, Ciencias y Lectura) entre el grupo victimizado (tratado) y no victimizado (control).

(SERVIMEDIA)
28 Abr 2022
AHP/clc/gja