En concreto, Acnur ha enviado material de emergencia desde Yangon a unos 25.000 supervivientes en las áreas de Mandalay y Nay Pyi Taw.

También trabaja para movilizar material humanitario desde sus almacenes en Myanmar, agregó.

Entre otros artículos, se entregarán lonas de plástico, esterillas para dormir, mantas, juegos de utensilios de cocina, con la esperanza de proporcionar alivio a los damnificados.

Acnur está en contacto directo con las comunidades afectadas para informar sobre aspectos relacionados con la seguridad y la distribución de ayuda de emergencia.

Además, sus equipos identifican necesidades críticas en las áreas más afectadas de las regiones de Mandalay, Magway y Sagaing, en el marco de una evaluación rápida de necesidades llevada a cabo de manera conjunta por varias agencias de la ONU y organizaciones humanitarias.

Según Acnur, lo más urgente es el envío de refugios y material humanitario de emergencia en las zonas dañadas.

También llamó a vigilar "los riesgos relacionados con la presencia de artefactos explosivos, la separación familiar, la protección de la infancia y la violencia de género".

A su juicio, este terremoto y sus réplicas "agravan una situación ya de por sí desesperada en un país que se tambalea tras cuatro años de conflicto".

Las áreas afectadas por el seísmo albergan al 45 por ciento de los 3,5 millones de desplazados internos en todo Myanmar. Por ello, Acnur vovió a pedir un acceso humanitario sin impedimentos, a fin de ayudar a estas comunidades que necesitan asistencia urgente.