Soledad no deseada
El 21,5% de madrileños se sienten solos y el 11,8% de quienes sufren la “pandemia del siglo XXI” lo hace de forma crónica
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El 21,5% de la población madrileña experimentó soledad no deseada en 2024 y, de quienes sufren la “pandemia del siglo XXI”, el 11,8% lo hace de forma crónica.
Así se puso de manifiesto este martes durante la Mesa redonda del Barómetro de la soledad no deseada en la Comunidad de Madrid 2024, en la que participaron la presidenta del Observatorio Estatal de la Soledad No Deseada – SoledadES, Matilde Fernández; el director general de la Dirección General de Atención al Mayor y a la Dependencia de la Comunidad de Madrid, Óscar Álvarez; la subdirectora General de Prevención y Promoción de la Salud del Ayuntamiento de Madrid, Mercedes Rodríguez; la directora de Alianzas y Relaciones Internacionales de la Fundación ONCE, Lourdes Márquez; y la gerente de Fundación AXA, Mª José Ballestero, y que fue moderada por el director general de Servimedia, José Manuel González Huesa.
En el transcurso de su intervención, Matilde Fernández quiso destacar que, en el caso de Madrid, “la soledad que no es crónica, la soledad del primer año, de los dos primeros años, es mayor en esta comunidad”, si bien valoró que “es menos significativa cuando es crónica”.
En la misma línea, hizo hincapié en “lo que cuesta en las grandes ciudades encontrar una respuesta, una voz amiga, alguien que te oriente” y en que “ser atendidos y tener respuestas a la soledad es un poco más lento”, si bien afirmó que, “cuando lo encuentras, los sistemas funcionan”.
Tras puntualizar que el de la soledad no deseada es un fenómeno “transversal” que “afecta a todos”, Fernández destacó que “se sienten más solos los jóvenes en las zonas rurales y las personas mayores en las zonas urbanas” y, en concreto, las mujeres jóvenes con menos niveles formativos que residen en zonas rurales y las mujeres mayores que viven solas en zonas urbanas.
INDICADORES
Junto a ello, entre los “indicadores que influyen mucho” en el sentimiento de soledad, aseveró que “el primero es no llegar a fin de mes”. “Una persona que está en desempleo, que no llega a fin de mes, siente más soledad que si tiene recursos económicos para buscar soluciones”, agregó, para, a continuación, incidir en la importancia de la educación, dado que, según diversos estudios, “a más educación, menos soledad”.
“Tenemos que tener la suficiente capacidad crítica como para revisar nuestros modelos de Estado del bienestar y, si tenemos un montón de indicadores que nos están diciendo que, a pesar de tener un gran sistema educativo en el país y en casi toda Europa, hay niños que sienten soledad, eso quiere decir que tenemos que tener la suficiente capacidad crítica para decir qué podemos hacer, qué tenemos que hacer, qué más recursos humanos, qué más actores tienen que intervenir”, abundó.
Además, reivindicó que, pese a que España es “un país en general maravilloso”, sin embargo, también tiene “brechas económicas, de redistribución de la riqueza, de desigualdad entre hombres y mujeres, entre generaciones y entre minorías con las que convivimos que tenemos que corregir”.
En este contexto, abogó por “trabajar en la prevención, en la sensibilización, en la micropolítica, en la transversalidad, en la investigación” y juzgó “utilísimo” el hecho de “aprovechar los recursos de todos” con el objetivo de “hacer frente a este malestar del siglo XXI”.
PROBLEMA DE PRIMERA MAGNITUD
Por su parte, Mª José Ballestero advirtió de que la soledad “es un problema social de primera magnitud” y reivindicó la importancia de este tipo de estudios para “conocer un poco cuáles son las verdaderas causas y tratar de mitigarlas”.
“Desde la Fundación AXA, uno de los pilares fundamentales con los que trabajamos es precisamente la prevención. Y, en este sentido, desentrañar y conocer estas causas que puede haber detrás de ese sentimiento de soledad no deseada es la mejor manera para evitar la soledad y todos los efectos negativos que conlleva”, apostilló, al tiempo que urgió a “buscar una solución” a la “pandemia del siglo XXI”.
En este sentido, Óscar Álvarez defendió que la soledad no deseada es “una realidad poliédrica que obedece a 1.000 factores” y de la que solo se conoce “la punta del iceberg”.
Asimismo, admitió que le “ha llamado mucho la atención”, entre otros resultados, el porcentaje de “personas que referían sentirse solas en el pasado y ya no lo refieren”, que asciende al 44,6%, lo cual, a su juicio, “demuestra que de la soledad se puede salir”.
ATENCIÓN EN RED
Para lograrlo, la Comunidad de Madrid impulsó un programa de atención en red para “coordinar esfuerzos entre todos los agentes” y “apostando fundamentalmente” por la administración local, al entender que es la “más próxima al ciudadano y la que va a detectar y ofrecer muchos más servicios de proximidad y de hacer comunidad”, razón por la cual desde el Ejecutivo regional se colabora para que “estudien, hagan sistemas de detección precoz e implementen intervenciones directas para paliar cuando se detecten esas situaciones”.
Dicha red trabaja en la sensibilización, la comunicación o la generación de buenas prácticas con la “idea” de generar incluso un mapa de recursos para ver “qué se ofrece en la Comunidad de Madrid para detectar precozmente las situaciones de soledad”.
De otra parte, Mercedes Rodríguez resaltó que la soledad “no es un problema individual de cada persona, es un problema que tiene que ver con las condiciones sociales y económicas de la sociedad y que se puede dar a lo largo de toda la vida”, convencida de que, en una ciudad como Madrid, que es una ciudad “compleja”, el fenómeno “aparece más”, teniendo en cuenta, además, que “se van sumando las situaciones de vulnerabilidad”, como demostraría el hecho de que, según algunos estudios municipales “en Puente de Vallecas hay ocho puntos de diferencia con respecto a Aravaca Moncloa” en cuanto a sentimiento de soledad de sus vecinos.
En este ámbito, mencionó un programa que funciona desde 2018 y que, entre otras claves, se basa en la articulación de espacios de encuentro presenciales, más de 240 al mes, y en los que los asistentes pueden “salir a hacer una ruta para caminar, tejer o reunirse frente a un café para hablar de temas interesantes” y, en definitiva, “conectar”, con el convencimiento de que “el sentimiento de soledad se puede prevenir”.
GRUPOS DE ENCUENTRO
“Nosotros estamos haciendo esos grupos de encuentro, estamos sensibilizando y luego trabajamos con aquellas personas que se identifican claramente como que tienen un sentimiento de soledad para trabajar de una forma más específica”, agregó, convencida de la importancia de “generar alianzas” para combatir el fenómeno.
En paralelo, también hizo referencia a la soledad en niños y mencionó un programa que el consistorio desarrolla en Puente de Vallecas, ‘La tribu del 12’, y cuyo objetivo es “evitar la incorporación a bandas de chavales” que se sienten solos y están en “busca de identidad” y que, “si no encuentran una red saludable, buscan una red en donde se sientan parte de un grupo”.
DISCAPACIDAD
Por último, Lourdes Márquez observó una cierta “relación” entre la soledad no deseada de quienes llegan a vivir a Madrid desde otras latitudes y la que sienten las personas con discapacidad sobrevenida, que tienen que afrontar “un periodo de duelo, tanto personal de adaptación como de adaptación a la comunidad”, como ejemplo de que “la soledad no deseada puede afectar a cualquier persona”, pero “más directamente, a los colectivos más vulnerables”.
Tras definir a la soledad no deseada como “el gran desafío social del siglo XXI”, recordó que las personas con discapacidad “históricamente” han “afrontado y dado soluciones a muchos retos que ahora pueden ser útiles para desafíos que estamos afrontando en el ámbito de la soledad no deseada” y resaltó el “compromiso” de la ONCE contra la soledad no deseada.
Márquez explicó que más de la mitad de sus afiliados son personas mayores y mencionó el plan Oncerca, del Grupo Social ONCE, uno de sus “proyectos bandera” y a través del cual sus equipos tienen asignado un grupo de afiliados con el que mantienen “un trato directo basado en la atención cercana, en la identificación de necesidades y en la respuesta ajustada a esas necesidades” así como a los “retos que cada afiliado afronta”.
Finalmente, hizo referencia también a la labor de los vendedores de la organización, consciente de que “una de las cuestiones principales para afrontar esta soledad es el saber escuchar”.
(SERVIMEDIA)
06 Mayo 2025
MJR/clc