Según informó la Policía, los agentes, que trabajaron desde el principio con el móvil pasional como hipótesis principal, vigilaban a un grupo de ciudadanos polacos asentado en la provincia de Alicante que practicaban cobros violentos y extorsiones a órdenes de un mafioso alemán. Fue la mujer de éste, de 46 años de edad y nacionalidad suiza, quien contrató por 50.000 euros a los empleados de su marido para organizar el crimen de la amante.

A través de organizaciones internacionales de crimen organizado, ellos contactaron con un polaco, residente en Suecia, que viajó hasta Denia, entró disfrazado en la vivienda de la víctima y la descerrajó tres disparos con una pistola del calibre 22LR, según apuntan las investigaciones policiales. Tras abandonar el lugar a toda prisa, fue acogido por la propia inductora del crimen y a los pocos días abandonó España. Pende sobre él una orden de búsqueda internacional.

Quienes sí han sido detenidos son la inductora del asesinato, los intermediarios y dos encubridores; uno de éstos, el propio marido, que, tras enterarse del asesinato, mantuvo silencio y proporcionó una coartada a su esposa. Además, está acusado de blanqueo de capitales, tenencia ilícita de armas y otros delitos derivados de los cobros violentos de deudas.

Paralelamente, los agentes han determinado la vinculación de los arrestados con una organización europea dedicada al blanqueo de capitales, el cobro de préstamos irregulares y otras actividades delictivas.

En los siete registros practicados en Jávea, se han intervenido efectos por valor de dos millones de euros, bloqueado inmuebles y cuentas corrientes, e incautado nueve vehículos de lujo, dinero en efectivo, monedas de oro, lingotes de plata, armas, munición, dispositivos informáticos, documentación y multitud de teléfonos móviles.