Un estudio de la Universidad Internacional de Cataluña (UIC) concluyó que desde la entrada en vigor de esta nueva tasa el pasado 1 de mayo de 2017 el consumo de todos los tipos de bebidas azucaradas cayó un 2,2% en su conjunto.

El estudio ‘¿Los consumidores responden a los impuestos disuasorios de manera heterogénea? Nueva evidencia del impuesto a las bebidas azucaradas utilizando datos de escáner longitudinal’ ha analizado datos masivos de consumo desde un año antes de la entrada en vigor del impuesto hasta un año después.

Los resultados sugieren que, “como efecto del impuesto”, según los investigadores, las familias redujeron la cantidad total de azúcar consumida en los distintos tipos de bebida.

En refrescos el descenso fue de un 13,6%, pero en el caso específico de refrescos con alto contenido de azúcar la caída en el consumo fue tan solo de un 3,5%.

En el caso de las colas el descenso se situó en un 5,2% y en el de bebidas vegetales, como tés u horchatas, en un 7,7%. Los zumos con contenido medio de azúcar sufrieron una caída parecida en su consumo. Exactamente de un 7,3%.