Durante su encuentro, ambos tratarán la situación en Libia, la reconciliación en Palestina, los anuncios del presidente de EEUU, Donald Trump, acerca del estatus de Jerusalén y la congelación de fondo de la Unrwa y la crisis que mantienen los países del Golfo y de la que no es ajeno Egipto.

Es posible que en la reunión se trate la construcción de la presa del renacimiento en Etiopía, que ha generado tensiones entre el país africano y Egipto no tanto por su construcción como por su llenado que afecta de lleno a las fuentes del Nilo.

Egipto afronta un periodo de crecimiento económico cercano al 4% después de la crisis que sufrió tras las primaveras árabes de 2012 cuando su economía cayó en tasas próximas al 3%. No obstante, el país se enfrenta a un problema demográfico colosal, ya que su población crece a un ritmo de 1,5 millones de personas al año. Las previsiones estiman que en 2030 Egipto tendrá 150 millones de habitantes por los 92 millones actuales.

La visita servirá para estimular las relaciones comerciales y los niveles de inversión. Actualmente, en Egipto operan empresas como Unión Fenosa y otras dedicadas a la industria química, la producción y distribución eléctrica, hostelería y la industria agroalimentaria.

Se produce en un momento en que las relaciones entre Egipto y la Unión Europa han vuelto a su cauce tras unos momentos de distanciamiento como lo ponen de manifiesto la reciente celebración del Consejo de Asociación y del Subcomité de Derechos Humanos.